Una década de chocolate negro puede proteger el corazón

 Un estudio científico probablemente

animará a los chocoadictos al sugerir que la ingesta de

chocolate negro cada día durante 10 años podría reducir las

posibilidades de un ataque al corazón y las apoplejías en

algunos pacientes de alto riesgo.

Un equipo de investigadores de Australia usó un modelo

matemático para estudiar el impacto en la salud del consumo

diario de chocolate negro en 2.013 personas con una condición

conocida como síndrome metabólico, que les coloca en alto riesgo

de sufrir problemas cardiacos.

El equipo halló que en el mejor escenario posible – que el

paciente ingiera porciones de chocolate a diario – el

tratamiento podría potencialmente evitar 70 ataques al corazón

no mortales y 15 fatales o apoplejías por 10.000 personas en más

de 10 años.

El modelo sugirió también que las crecientes y eficaces

“estrategias de prevención del chocolate negro” podrían costar a

un individuo unos 31 euros al año.

Los investigadores, cuyo trabajo se publicó el viernes en el

British Medical Journal, subrayaron que los efectos protectores

sólo se habían visto en el chocolate negro que contiene al menos

un 60 o 70 por ciento de cacao, no para el chocolate con leche

ni para el blanco. Probablemente se debe a los niveles más

elevados de flavonoides en el chocolate negro.

Pero los expertos que no participaron en el estudio pidieron

precaución.

“Las recomendaciones sobre el consumo diario de chocolate

negro ciertamente alegrarán a las personas aquejadas de síndrome

metabólico, pero en este momento estos hallazgos son más

hipotéticos que demostrados, y los resultados necesitan datos de

la vida real para confirmarlo”, dijo Kenneth Ong en el Centro

Hospitalario de Brooklyn en Estados Unidos.

“Sospecho que consumir chocolate negro a diario durante 10

años puede tener consecuencias adversas”, añadió. “la ingesta

calórica y de azúcar pueden tener impacto negativo en estos

pacientes, que para empezar tienen sobrepeso y son intolerantes

a la glucosa”, sostuvo.

Todos los participantes de este estudio, encabezado por

Christopher Reid de la Universidad Monash de Melbourne, tenían

tensión arterial alta y síndrome metabólico, pero ningún

historial de enfermedad cardiaca o diabetes y no tomaban

medicación para bajar la tensión.

 

 

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