Kim Kardashian controla cada uno de los pasos de su pareja, el rapero Kanye West, y no le gusta que este pase tiempo con otras mujeres a menos que ella esté presente. Aunque Rihanna es amiga personal del artista y de su compañero de gira, Jay-Z, la reputación que se ha ganado la barbadense por su historial amoroso ha sido un factor clave para que Kim le prohibiera entrar en el camerino de su novio tras un concierto en Londres.
Otra de las razones que explicarían su especial disgusto hacia Rihanna son los rumores que circularon hace varios meses sobre un posible romance entre la cantante y el hermano de Kim, Rob Kardashian. A pesar de que se desconoce cómo terminó esta supuesta relación, la socialité no quiere correr el riesgo de que el próximo objetivo de la vocalista sea su propio novio.
“Kim no quiere mujeres cerca de él a menos que ella esté delante, ni siquiera sus propias amigas. El hecho de que Rihanna fuera se fijara en su hermano Rob seguramente le habrá hecho ser especialmente celosa con ella”, declaró una fuente al diario The Sun.
Sin embargo, el carácter posesivo de la mediana de las hermanas Kardashian se manifiesta a todas horas y en todo tipo de situaciones, un rasgo ya conocido por Kanye y que tolera con total sumisión.
“Kim ha estado siempre muy encima de él y, el otro día en Londres, le sacó de una fiesta al darse cuenta de que se estaba relacionando demasiado con otras mujeres. El siguió sus órdenes sin la menor queja, ya que conoce de sobra las manías de su pareja”, añadió otra fuente.