Jenni Rivera es celebrada en homenaje póstumo

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UNVERSAL CITY, California, EE.UU. (AP) — La “graduación celestial” de Jenni Rivera se caracterizó el miércoles por su música animada, sus discursos conmovedores en inglés y español, y la pasión de sus seguidores, quienes no dejaban de gritar “¡Jenni, Jenni!”.

Los hijos de Rivera, su hermano Lupillo Rivera, Olga Tañón y Joan Sebastian, quien interpretó “Más allá del sol”, cantaron durante el homenaje de cuerpo presente de casi dos horas y media en el Gibson Amphitheatre de Los Angeles, donde miles de admiradores se reunieron para darle el último adiós a la Diva de la Banda, fallecida el 9 de diciembre en un accidente de avión.

Una de sus seguidoras, Veronika Flores, manejó casi ocho horas desde su casa en Woodland, California, cerca de Sacramento, para reunirse con otros admiradores en el homenaje.

“Vine a decirle adiós a una mujer latina, a La Gran Señora”, dijo apelando otro de los sobrenombres por los que se conocía a la intérprete.

Los cantantes mexicanos Marco Antonio Solís y Ana Gabriel, quien interpretó la clásica de la música regional mexicana “Paloma negra”, así como la Banda Divina, que interpretó el éxito de Rivera “Inolvidable”, y las actrices mexicanas Kate del Castillo y Angélica Rivera también estuvieron entre los invitados.

El ataúd rojo de Rivera se encontraba en el escenario con forma de cruz, rodeado por innumerables rosas blancas, mientras imágenes de la cantante eran proyectadas en las grandes pantallas del foro. Sus familiares abrazaron y besaron el ataúd al final del homenaje, colocándole más flores encima.

El homenaje incluyó discursos tanto en español como en inglés. La mayoría de los hijos de Rivera optaron por hablar en inglés, el idioma con el que dijeron que se comunicaban con su madre.

“No estamos aquí para lamentar la muerte”, señaló su hijo Michael de 21 años. “Estamos aquí para celebrar la vida y la graduación de una cantante y artista, una diva, una luchadora, una empresaria, una filántropa, pero sobre todas las cosas, una madre, la mejor madre”.

Después pidió 27 segundos de silencio por las víctimas de Newtown, Connecticut, por quienes dijo su madre habría tenido compasión.

El hijo menor de Rivera, Johnny, de 11 años, dijo conmovido: “La persona de quienes todos hablan ahora es mi madre”.

“Mamá, he estado llorando mucho estos días. Te extraño mucho”, señaló el pequeño vestido de blanco como la mayoría de sus familiares. “Espero que estés cuidando de mi papá y espero que él esté cuidando de ti”.

El padre de Johnny, Juan López, murió a mediados de 2009. López, el segundo esposo de la cantante, se había divorciado de Rivera en 2003.

Los hermanos de Rivera hablaron conmovidos de su hermana y la llamaron “reina de reinas” y “diva eterna”. Su padre, Pedro Rivera, dijo que la felicidad de la cantante y su cariño por el público “nunca será olvidado”. Después interpretó un corrido que había compuesto tiempo antes para su hija, quien ascendió de sus humildes orígenes hasta convertirse en una estrella.

El hermano de la cantante Pedro Rivera Jr., quien es pastor cristiano, también habló durante la ceremonia de su hermana.

“El propósito de Dios para Jenni se ha cumplido. Dios la quiso prestar 43 años a nuestras vidas, la disfrutamos”, apuntó.

“Alguien dijo…solamente de una caída de un avión no se levantó, pero saben qué, ella no se tuvo que levantar porque las manos de nuestro Dios todopoderoso la han levantado y la tienen en su presencia cantándole a él”, señaló Pedro Rivera Jr., lo que provocó los aplausos del público.

La familia pidió a las estaciones de radio de música latina en Estados Unidos que interpretaran la canción de Rivera “La gran señora” al mediodía del jueves en su honor.

Cientos de seguidores de la intérprete llegaron hasta el foro con la esperanza de obtener un boleto para el homenaje. Muchos más compraron los boletos de 1 dólar por adelantado.

El funeral estuvo cerrado para la mayoría de los medios, aunque se podía ver en internet y en algunas televisoras de México y Estados Unidos.

El entierro de Rivera será privado.

El último álbum que lanzó Rivera en vida, “La misma Gran Señora”, llegó esta semana al primer puesto de las listas de popularidad, al vender 27.000 copias y alcanzar las mejores ventas para un álbum latino en Estados Unidos de este año. Rivera también tiene tres puestos en la lista Billboard 200 de discos.

Rivera y seis personas más murieron el 9 de diciembre en un accidente de avión en el norte de México que sigue bajo investigación. La cantante de origen mexicano era madre de cinco hijos y abuela de dos nietos. Tenía 43 años.

Rivera vendió más de 15 millones de copias de sus 12 discos con sellos discográficos importantes. Sus emotivas interpretaciones y su honestidad sobre las penas que enfrentó en la vida le granjearon admiradores a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos. Además de ser cantante, Rivera participó en varios programas de realidad simulada y de concursos como “I Love Jenni” y “La Voz…México”.

Nació en Los Angeles y comenzó su carrera vendiendo casetes con sus interpretaciones en mercados de pulgas. A finales de la década de 1990 obtuvo su primer contrato con una gran disquera.

Muchas de sus canciones hablan sobre la dignidad tras una relación tormentosa, un tema del cual Rivera hablaba con franqueza con sus admiradores.

Poco antes de morir le había pedido el divorcio a su tercer esposo, el ex lanzador de Grandes Ligas Esteban Loaiza.

Años antes había sido detenida con decenas de miles de dólares sin declarar en México y se había disculpado públicamente después de que su hermano, Juan Rivera, agredió a un admirador alcoholizado quien había insultado a la cantante en un concierto de 2011.

Associated Press
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